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CARTA AL PRESO POLITICO LEOPOLDO FERNANDEZ, A TRES AÑOS DE SU CONFINAMIENTO

La Paz, 16 de septiembre de 2011

Señor

Leopoldo Fernandez F.

PRESO POLITICO DEL REGIMEN MASISTA

Presente.-

De mi consideración:

Hoy, 16 de septiembre de 2011 no es un día cualquiera, se trata de un día negro, aciago, podríamos decir, un día de luto para la democracia boliviana. Usted cumple 36 meses de reclusión sin contar con sentencia condenatoria y desde febrero, sometido al rigor de la cárcel de máxima seguridad del cual dispone el Estado boliviano: la cárcel de Chonchocoro.

Es probable que la mayoría de los bolivianos, hombres y mujeres, no alcancemos a comprender lo que significa para usted, el encontrarse privado de su derecho fundamental más preciado: el derecho a la libertad. Es posible que no podamos, siquiera imaginar, el duro calvario que le toca vivir, purgando una condena sin haber sido sometido a un juicio justo del que derive una condena que meritúe su permanencia en la cárcel.

Estimado Leopoldo, existe un viejo dicho que es usado con mayor frecuencia en la política, dice la gente: “No pongo mis manos al fuego por nadie”, en esta oportunidad quiero, de manera pública y abierta, romper ese código de prudencia para manifestar, de manera firme que:

“CREO EN SU INOCENCIA, Y PONGO MIS MANOS AL FUEGO POR ELLA”

Esta declaración, viene a ratificar lo expresado de manera oficial en la reunión sostenida el día de ayer con el Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, así como en la sesión del Senado de fecha 8 de septiembre de los corrientes, pero además lo expresado en la sede misma de la OEA en Washington y de NNUU en Nueva York, el pasado mes de agosto, oportunidad en la que hemos planteado su caso, como el más emblemático en materia de violación a los derechos fundamentales en nuestro país. Su caso, Leopoldo, muestra el estado de situación en Bolivia, una suerte de “radiografía” que pone en evidencia el quebrantamiento de la institucionalidad democrática, el grado de subordinación del sistema de administración de justicia al poder político; en resumen, el nivel de descomposición interna que vivimos.

Existen razones que explican su condena sin previo juicio, y están, desde el punto de vista procesal formal, relacionadas con la imposibilidad que tiene el Ministerio Público para ofrecer pruebas suficientes que válidamente puedan fundar una acción penal, hecho que se contrapone a los descargos ofrecidos por su defensa. Según comprendemos, se lo responsabiliza por los hechos del “Porvenir” en septiembre del 2008, bajo el argumento de que su Autoridad, como Prefecto del Departamento de Pando, se encontraba a cargo de la situación y por lo tanto, concurriría lo que en Derecho se denomina autoría mediata, sin embargo, se omite reconocer, que su persona solicitó la intervención de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, sin haber recibido la oportuna colaboración que hubiera evitado el desenlace fatal que todos conocemos, extremo que obvia y naturalmente viene a constituir en un eximente de la responsabilidad penal que se le atribuye. Las razones políticas son mucho más profundas, y están vinculadas a lo que el masismo ha denominado como el “momento jacobino de la revolución” tal y como confiesa uno de sus ideólogos al señalar que “Se trata del momento en que los bloques antagónicos, los proyectos irreconciliables de sociedad que cubren territorialmente la sociedad y el Estado, deben dirimir su existencia de manera abierta, desnuda, a través de la medición de fuerzas, la confrontación (el último recurso que resuelve las luchas cuando no hay ya posibilidades de otra salida). Eso fue lo que sucedió entre agosto y octubre del 2008.” (Sic) García Linera, Álvaro. Tensiones Creativas de la Revolución, Pag. 19.

No pretendo ingresar a mayores consideraciones de carácter jurídico y político, quisiera más bien señalar que la certeza sobre su propia inocencia, nace, no sólo de las consideraciones formales, sino además y fundamentalmente, de mi experiencia personal con usted. No lo conozco hace muchos años y en verdad no es necesario; su naturaleza de hombre de bien saltó en todos y cada uno de los escasos momentos que compartimos en su celda de San Pedro, con bastante anterioridad a la invitación que le hiciera Manfred, para representarnos como candidato a la Vicepresidencia. Recuerdo que a fines del 2008 o principios de 2009 tomé un vuelo desde Santa Cruz, única y exclusivamente para saludarlo y lo hice porque de alguna manera quería purgar el olvido y abandono de algunos colegas suyos del CONALDE (en ese tiempo, seguramente ninguno de nosotros pensaba siquiera en candidaturas). Desde aquel momento, estimado Leopoldo, tuve la certeza de su inocencia. Me conmovió la templanza y dignidad con la que, desde entonces, y hasta el presente, ha logrado sobrellevar esta condena política que le ha impuesto el Régimen. Luego vino la candidatura y en forma posterior, este duro camino que nos ha tocado recorrer, usted, desde la cárcel; otros en el destierro y nosotros desde la trinchera de lucha, tratando, por supuesto, de honrar la confianza, que depositaron los electores.

Usted, mi respetado Leopoldo, es un hombre de absoluta convicción cristiana, y ese es sin duda, otro de los aspectos que nos hermanan. Como se tiene escrito en la Epístola a los Hebreos, 11.1. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” por eso, en este día quiero convocarlo a permanecer firme en la adversidad, y mantener la certeza de que nuevos tiempos vienen para nuestra Bolivia; tiempos en los que su libertad se materializará y junto a la suya la de otros compatriotas que hoy se encuentran confinados por haber cometido el delito de disentir con el Régimen. Viene la hora en la que juntos podremos construir el País que anhela la gente, una Bolivia digna, solidaria, transparente, forjada por hombres y mujeres con ética y valor.

Finalmente, pedirle que sea portador de una absoluta solidaridad con su familia, para todas ellas y ellos, especial aprecio y consideración por el ingrato momento que atraviesan; a usted, mi estima permanente.

Atentamente,

Sen. Bernard Gutiérrez Sanz

JEFE DE BANCADA

CONVERGENCIA NACIONAL

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